Hace unos meses
atrás había estado en tierras europeas y mi cuerpo se había adaptado a su forma
de vida. De la silla de ruedas pasé al bastón y del bastón a mis piernas ¡Fue
glorioso! Después de tres años de lucha constante por fin pude ver la luz.
A pesar del dolor
pensaba siempre en mi familia. Después de cinco años su compañía me
devolvió la vida.
Presencié el
cambio de las estaciones: verano, otoño, invierno y primavera ¡Un regalo divino! Pude tocar la nieve; saborear aquellos manjares que solo en mis sueños existían;
conocer personas maravillosas…En fin, un viaje con muchas anécdotas y vivencias
dignas del recuerdo.
5/08/2015: Nada
parecía estar mal. Sentía un pequeño malestar, solo eso. Nada que mi
tratamiento no pudiera arreglar. Sin embargo, todo comenzó a ser más fuerte; el
dolor fue constante y no mermó. Nada hay más fuerte que la resistencia humana,
me dije. Ya el dolor formaba parte de mí, a pesar de proyectar una
calma duradera.
El día anterior
había sido el cumpleaños de una de mis sobrinas. Hablamos sobre la vida, sus
metas, logros y experiencias. Recuerdo que le dije: “cualquier decisión que
tomes que sea aquella que te haga feliz; aquella de la que no te vayas a
arrepentir a lo largo de tu vida. Recuerda nunca dejar tus sueños en un rincón.
Tienes talentos que también merece que los pongas en práctica”. En ese momento hablábamos
de su carrera universitaria, pero espero que pueda aplicarlo a lo largo de su
vida.
Me respondió con
un “yo también te amo, tía” y nos despedimos con nuestras habituales risas.
También envié
mensajes a mi querida hermana y amigos. Simplemente expresé lo mucho que los
amaba. No esperaba nada a cambio. No era un día especial, simplemente lo
sentía.
6/08/2015: el
dolor acompañó mi día, como era habitual. Intenté disfrutar al máximo de las
cosas que se me presentaron y realicé una planificación llena de proyectos y
sueños que quería cumplir en cualquier etapa de mi vida ¡La vida me sonreía!
7/08/2015: Eran
las 4:00 am. No me sentía bien. Supliqué la compañía de otro ser humano y el
calor de los consuelos de mi madre. Todo se tornaba confuso y mis sentidos no
eran los mismos. Sentía que todo iba a salir bien; que todo podía mejorar de un
momento a otro. Sin embargo, mi cuerpo era una cárcel y mi alma su prisionera.
Era un mes
caluroso, puedo recordar. Desperté y solo había un lienzo blanco; un hermoso
espacio esperando ser llenado por mis vivencias. En medio del éxtasis artístico
alcé mi rostro y pude observar lágrimas, lloro amargo y tristeza. Pregunté a
los invitados el motivo de tal conmoción, pero nadie contestó.
Caminé en busca
de respuestas y al toparme con el límite del camino entendí que la que había
llegado al final de su vida era yo...
Ya no habían más proyectos, risas, calor
de hogar, ni más cariño que aportar. Lo único que recordarían sería todo
aquello que realicé en vida y lo que en algún momento apliqué: el futuro es un misterio y el presente un
regalo; regalo que hay que aprovechar. Sin embargo, muchos no sabemos apreciarlo,
puesto que simplemente enunciamos: “mañana
será otro día, tendré una nueva oportunidad”.
Daniela Verenzuela
“Cuando pensamos que el día de mañana nunca
llegará, ya se ha convertido en el ayer”.
Henry
Ford
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Preguntas sin respuesta vienen y van. La cuestión es ¿qué haremos ante ellas? |
Entrada en memoria de Blexys Tovar: tía, hermana, hija, amiga, compañera, artista y amante
de la vida. Quiero mantener vivo tu recuerdo siempre. Te echaré de menos...